Querido ministro de Educación:
En base al artículo que publicó usted el pasado 30 de Junio en el País “Descifrando la indignación” [1], nos gustaría contestarle, ahora que es usted ministro y “hombre de bien”.
En base al artículo que publicó usted el pasado 30 de Junio en el País “Descifrando la indignación” [1], nos gustaría contestarle, ahora que es usted ministro y “hombre de bien”.
Verá, a veces nos corroe la duda de si el problema de ustedes es de talla intelectual o moral. (Permítanos la duda). Confiamos, desde luego, en que se trate de lo segundo, nada más lejos de nuestra intención que llamar tontos/as a sus señorías.En realidad, es muy sencillo. Hay una cosa que se llama economía especulativa. Seguro que le suena el término. Se trata de los SWAP, los CDS, y… En fin, el mercado de derivados con toda esa basura financiera que ustedes han potenciado, y que provoca, por ejemplo, que en África se mueran miles de personas literalmente de hambre, porque un señor en la bolsa de Chicago, tiene que forrarse especulando con el precio del trigo, del arroz, de los alimentos. Es… ¿Cómo se lo diríamos…? ¡Ah, sí!, parecido a lo que pretenden hacer ustedes en Madrid privatizando el canal de Isabel II, que por cierto, tampoco es que la idea sea suya, si total, sus jefes ya privatizaron el agua de Roma, o de Berlín, o de otras partes del mundo. Es un negocio estupendo ¿Quién puede vivir sin agua?
Fuente: DEMCORACIA REAL YA, Área de Economía
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