Al perro ya flaco de la monarquía no paran de crecerle las pulgas. A la marea interminable del caso Urdangarin, en plena ebullición, se sumó el domingo el resquebrajamiento de la idílica imagen de la actuación del rey el 23-F. Y ayer, la cascada de demandas de explicaciones de la izquierda parlamentaria.
Fuente: Publico.es
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