- En primer lugar, habría que recalcar que un banco en solitario (en este caso Barclays) no puede manipular un índice que se obtiene mediante el cruce de operaciones en un mercado con varios agentes, por lo que podemos concluir que, necesariamente, ha existido connivencia y complicidad por parte de otros.
- En segundo lugar, en el artículo de El País, se explica el índice Libor como el precio al que los bancos estarían dispuestos a prestarse el dinero, pero no es una definición exhaustiva, ya que ese ánimo se tiene que materializar en operaciones reales, es decir, el índice tiene que salir de un cruce real de préstamos o depósitos entre los bancos, no de la mera intención declarada.
- Justamente eso denunciamos en el caso del Euribor, ateniéndonos a la normativa del Banco de España, que exige que se produzcan esas operaciones para garantizar la objetividad y neutralidad en el cálculo.
- Si el objetivo de índices como el Euribor y el Libor es establecer un precio para el dinero, cuando se deposita o se presta, huelga decir que, desde el estallido de la crisis, ambos índices dejan de ser útiles, ya que los mercados interbancarios están “secos” y, de facto, el precio del dinero lo marcan las inyecciones del BCE, al 1%.
- En el caso del Libor, las autoridades se están conformando con imponer multas económicas a los bancos implicados, sin embargo, y según la teoría general de los contratos, al alterarse maliciosamente por parte de uno de los contratantes un elemento fundamental del contrato, se debería entrar a juzgar su validez como tal. Al menos, es lógica la anulación del elemento manipulado, en este caso, los intereses.
Fuente: OpEuribor.es (web especializada en corrupción financiera del Movimiento 15M)
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