No vivimos en una democracia sino en la cleptocracia. Un sistema donde el robo, el abuso, la discriminación, la corrupción y los excesivos y denigrantes beneficios de las grandes empresas y la clase política permiten el robo legal, amparado por un sistema de leyes que sólo permite a una minoría enriquecerse, eso sí, de forma ilegal e inmoral. Ello sin contar los privilegios que muchas organizaciones privadas (con la iglesia católica y el mundo financiero a la cabeza) disfrutan, siguiendo con el mundo de la política donde para robar puede legalizar leyes con artículos que ningún ser humano puede entender y que se crean en favor de estrategias de círculos de élite del mundo empresarial y propios. Unos ejemplos son la corrupción de los partidos políticos con las donaciones de ciertos círculos privados, los lobbys: los grupos de presión intrasigentes, la corrupción inmobiliaria que se está intentando silenciar contra marea y que salpica a la alta esfera de los políticos y el mundo empresarial, los enriquecimientos a través de las ayudas de la UE, leyes específicas que sólo beneficia a una parte como al sistema financiero... la lista es larga. Para conocer estos sinsabores de la Cleptocracia española con una Constitución y un Rey que sólo piensa en su reinado caduco basta filtrar y analizar la información que sus propios medios de comunicación prensa, radio y televisión "nos deleita cada día". Es de tontos creerse sus propias informaciones.
Fuente: Individuo No Gubernamental
jueves, 28 de diciembre de 2006
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